Se que he estado un tiempo desaparecida, tampoco tenía mucho que contar, pero vuelvo con una crónica de un concierto-conciertaco que vi ayer que bien merece la pena. Se trata del combo Against Me! y Bad Religion en la Sala La Riviera de Madrid (esa sala que suena a culo pero que tan buenos conciertos nos ha regalado).
Empiezo mi relato contando que casi me pierdo a Laura Grace porque en la entrada ponía apertura de puertas a las 20.00h, lo que no decía era que no había grupo previo y que serían puntuales (cosa muy poco habitual en los conciertos de la capital). Para colmo cuando llegué había una cola alucinante que para cuando se movió y pude entrar vi solo 4 canciones del que es uno de mis grupos favoritos (Fuck!). Eso sí, gocé todas y cada una de las canciones que pude ver.
Lo que no entiendo es como habiendo empezado el concierto no agilizan la puta cola de los cojones, de registros (como si tuviéramos 15 años cuando la media eran 35).
Lo que no entiendo es como habiendo empezado el concierto no agilizan la puta cola de los cojones, de registros (como si tuviéramos 15 años cuando la media eran 35).
Against Me! sonaron como una puta ostia en la cara. Estoy intentando conseguir el setlist para ver las joyitas que me perdí, eso sí "Trash Unreal", "Trasgender Dysphoria blues", y "Black Me Out" cayeron. Esperé ansiosa a los bises pero no hubo :(
Como dato curioso, tras la marcha de A. Seward fue una maravilla poder contar con Inge Johansson (The International Noise Conspiracy) al bajo.
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| Foto de Against me. |
Por otro lado, de Bad Religion tengo que decir que, a pesar de que no son uno de mis grupos favoritos (yo iba más por Against Me!, aunque solo llegara a 4 putas canciones) siento gran admiración, y después del concierto han subido al top de bandas que uno debe ver al menos una vez en la vida, no solo porque sean historia de la música vivientes sino porque la energía que transmiten y la legión de fans que mueven hace que su directo sea de lo más emocionante.
Imaginaros lo que es ver tocar a unos tipos que llevan en los escenarios 35 años (más de la edad que tenemos algunos) y nada menos que 16 discos a sus espaldas, en una sala abarrotada de gente (y eso que la Riviera no es pequeña precisamente) coreando y bailando a tope las canciones una tras otra. Eso por no mencionar que son una de las bandas más importantes de la ¡escena punk!. Vamos, que no es pop precisamente, que son unos señores que puede tener perfectamente la edad de tu padre, y se tocaron casi 2 horas de concierto sin apenas parar. Y que algunos de los miembros, como Brian Baker, tienen carrera en formaciones paralelas más que reseñables como Minor Threat (miembro original), y Dag Nasty).
Vi muchas caras conocidas, pero estaba tan a tope que como mucho podía mandar un whatsapp diciendo "mira a tu izquierda" y saludar a lo lejos, porque era imposible moverse de un lado a otro de la sala.
A pesar de ser una "fan amateur" porque ya digo que no es uno de mis grupos de cabecera, tienen tantos hits que me alegró ver que conocía un 90% de las canciones y pude bailar, cantar y disfrutar el concierto a tope.
Pero lo que más me emocionó fue cómo lo vivía la gente, todos los que estaban allí se sabían las canciones (o por lo menos la grandísima mayoría) y las cantaban, y lo hacían con el puño en alto (que como el símbolo máximo de que lo estas sintiendo de verdad.
Aquí os dejo el vídeo que lo demuestra. Es corto y se escucha como el orto pero al menos os podéis hacer una idea de lo que se vivió allí.
Como dato curioso (gracias a mi amigo Pepo Márquez, por el apunte del cual no tenía ni idea) con este se cumplían 20 años del mítico concierto en la sala Canciller II de San Blas presentando el "Stranger than fiction".
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