jueves, 18 de junio de 2009

Perra vida

La vida además de ser una mierda puede resultar increíblemente absurda; prueba de ello son los Darwin adwards, unos premios que se conceden cada año desde 1985 a acontecimientos (generalmente muertes) verídicos, pero de lo más surrealista.
Sobredosis de viagra, ahogarse por intentar ganar un concurso de aguantar la respiración o autodecapitarse para demostrar la hombría son algunos de los premiados; pero mi favorita es sin duda la siguiente historia.

"En 1989, Francia, Jacques LeFevrier quiso asegurarse de su muerte cuando intentó el suicido. Fue a la cima de un acantilado, se puso una cuerda alrededor del cuello y ató el otro extremo a una roca grande. Bebió veneno y se incendió la ropa. Hasta trató de dispararse en el último momento.
Saltó al precipicio y se disparó al mismo tiempo. La bala no le tocó pero al pasar cortó la soga. Cayó al mar. El repentino zambullido en el agua extinguió las llamas y le hizo vomitar el veneno. Un pescador caritativo lo sacó del agua y lo llevó a un hospital, donde murió... de hipotermia".

Algo más cotidianas son las anécdotas que recoge la página asco de vida, donde la gente puede contar el motivo de sus penurias. Algunas de mis favoritas o que por lo menos me han sorprendido son:
- He suspendido el último examen que me quedaba para ser ingeniero. Era la última convocatoria.
- Hoy mi madre me tiró a la basura mi chaqueta preferida porque tenía un par de agujeros y no tenía arreglo. En el bolsillo estaba el último cheque que había cobrado.
- Mi madre me ha dicho que no puede comprarme un hurón porque no soy lo suficientemente maduro como para cuidar de un animal. Tengo 26 años.

Moraleja: por muy mal que creas estar, siempre hay alguien que está mas jodido que tú

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